SPQR
“El destino es un mar sin riberas”
Algernon Charles
Swinburne
“Un solo acto justo
puede burlar la voluntad de los dioses”
Valerio
La invasión fue fulminante. Nuestras defensas fueron inútiles. Todos
nuestros orgullosos avances del siglo XXI, fueron humillados. Los radares, los satélites, no captaban ni
registraban, el origen de los misiles. Estos caían con mortífera precisión,
destruyendo, bases, aviones y barcos.
En dos semanas las fuerzas armadas
de todo el planeta fueron arrasadas. Ninguna ciudad fue atacada, las muertes de
civiles fueron mínimas. Cuando un ejército buscó refugio en las grandes
capitales, llegó una advertencia, las fuerzas militares tenían cuarenta y ocho horas
para dejar la ciudad, o serían destruidas igualmente y serían responsables de
las muertes civiles.
Sólo un ejército no obedeció. La ciudad no fue tocada, sus monumentos,
museos y todo tipo de edificios y estructuras resultaron intactos, pero todos
los seres humanos y animales fueron muertos, literalmente vaporizados, por un
arma desconocida. Luego de esto, los países se fueron rindiendo uno por uno.
Las grandes potencias movilizaron grandes columnas de tanques y ejércitos,
tratando de preservarlas para un eventual contra ataque. La respuesta fue
fulminante, un rayo atravesaba las columnas de tanques destruyéndolos por miles,
lo mismo con los hombres armados. Toda resistencia fue aniquilada.
Los hombres que se resistían, o mostraban mayor vigor o inteligencia en
su resistencia también eran perseguidos, por sistemas automatizados y
eliminados. Unos pocos más inteligentes o afortunados, logramos salvarnos. Yo
fui uno de ellos, como coronel de comandos, logré salvar a mis hombres durante
la breve invasión. Finalmente fuimos detectados pero no fuimos aniquilados, luego
sabría la razón por la cual fui perdonado.
Lo único que pudimos descubrir, poco antes de la rendición fue que el
ataque no provenía del espacio exterior. Finalmente la humanidad se rindió,
ante el desconocido invasor. Un invasor probablemente miles de años más
avanzado que nosotros.
Cuando los portales, entre los universos se abrieron, grande fue la
sorpresa, al ver los estandartes. SPQR, por única sigla. El águila y las
legiones.
Habíamos sido conquistados por el
imperio romano. El imperio romano de un universo paralelo al nuestro. Los
conquistadores eran humanos, que hablaban latín, pero que estaban mucho más
avanzados tecnológicamente que nosotros.
Habría un gobernador global, todo el planeta pasaba a ser una provincia
romana. El gobernador respondía únicamente al emperador. El gobernador
lógicamente, convirtió a Roma en la capital global. Lo único que exigió fue, la
reconstrucción del templo del Júpiter Capitolino y la devolución del Panteón de
Roma a su religión original.
La libertad de cultos estaba garantizada a nivel planetario, pero la
religión del estado estaba representada por los dioses olímpicos. Luego de casi
dos mil años el fuego de Vesta volvió a encenderse. EL papa romano trató de
oponerse, llamó a una cruzada contra el paganismo, pero el puño de hierro de
las legiones aplastó a los opositores. La “pax” romana se impuso a nivel
planetario.
Algunos hombres, nativos de nuestra tierra, fuimos llamados a Roma. La
mayoría éramos ex jefes militares que habíamos mostrado ciertas características
de mando y organización. Un oficial legionario nos explicó, que el gobernador ,
llamado Valerio, nos ofrecería tomar el puesto de jefes regionales, a nivel
administrativo. La razón era simple, nosotros conocíamos a la gente y el
territorio. Querían un mínimo de cambios posibles, el planeta debía funcionar a
máxima eficiencia en el menor tiempo posible.
Sino aceptábamos, el gobernador nombraría, a sus propios hombres, pero
nos aseguró que sería peor para los territorios.
En la cena con Valerio, un hombre de rasgos marciales y de casi dos
metros de altura, éste hablo en latín, idioma que tuvimos que aprender en tiempo
récord.
-Seguramente se preguntaran cómo es posible todo esto- Dijo Valerio -. El
por qué de su rápida y aplastante derrota. En nuestro universo el imperio
romano nunca cayó. En los miles de universos que llevamos conquistados, en
todos sin excepción, el imperio romano colapsó. Y en todos por idéntica razón. En
uno sólo, el nuestro, el imperio romano prosperó y terminó conquistando todo el
planeta. No tuvimos la llamada “edad media”, el catolicismo nunca existió, sólo
fue otra secta más del judaísmo.
-Durante decenios, mientras comparábamos nuestro universo con los nuevos
que íbamos conquistando, nos preguntábamos el por qué de tan radical y única
diferencia- Continuó Valerio -. Ahora lo sabemos. Fue por la acción de un único
hombre, un acto justo, que cambió la historia de nuestro universo.
-Fue Poncio Pilatos-.
-En vuestro universo se lavó
las manos y entregó a Jesús a Caifás y Herodes-.
-Jesús fue crucificado y ese fue el nacimiento del cristianismo, que
finalmente sería la destrucción de Roma-.
-En nuestro universo Poncio Pilatos, fue justo, no lo encontró culpable y
liberó a Jesús- Dijo Valerio, con el ceño fruncido-. En nuestro universo Jesús
no fue crucificado, no fue un mártir y fue prácticamente olvidado por la
historia. Sólo otro profeta, uno de tantos. El acto justo de un hombre cambió la
historia de nuestro universo y de todos los universos-.
- Un único acto de un justo-. Sentenció, en voz, baja Valerio mientras
miraba pensativo su copa.
-Les sorprenderá saber, que no hay un solo monumento a Poncio Pilatos,
ningún reconocimiento, porque para nosotros el sólo hizo lo que cualquier
hombre debe hacer-. El no hubiese querido ningún reconocimiento por cumplir con
su deber. El nos salvó a todos nosotros, pero aún así no es nada especial para
nuestra moral romana. Es más, sino hubiera sido por los estudios comparativos
entre universos, ni siquiera sabríamos de su existencia en nuestros registros-.
-Pero gracias a él, no tuvimos, herejías, ni lucha entre paganos y
cristianos-. Los judíos nunca fueron perseguidos, La biblioteca de Alejandría
nunca fue quemada.
-En el año 100 equivalente a vuestra era después de Cristo, tuvimos el primer motor a vapor, una evolución
de una maquina de engranajes cuyo plano se encontraba en la biblioteca por
ustedes destruida-. El ferrocarril en el año 200 unía Roma con Paris. Para el
año 300, las armas de fuego eran comunes en el imperio. Para el año 500, los
primeros aeroplanos cruzaban los cielos de la Roma Imperial. El primer trasplante
cardíaco en el año 550.
-Nosotros tuvimos un Leonardo da Vinci, el nos abrió el camino a las
estrellas- Su imaginación y la tecnología lo hicieron posible. Para el año
1000, nuestra colonia Marciana, tenía diez mil habitantes.
-En el 1200, descubrimos los universos paralelos y la forma de entrar en
ellos e iniciamos su conquista-. De eso hace casi mil años ya. No tuvimos
inquisición, ni guerras religiosas, ni primera ni segunda guerra mundial.
Gracias a todo esto estamos mil años como mínimo adelantados a ustedes.
-Hemos colonizado los primeros planetas extrasolares y nuestra expansión
sigue en terrenos para ustedes inimaginables-. Dijo Valerio, mirando el cielo.
-Ustedes al verme ven un hombre de mediana edad, pero he vivido más de
mil años y probablemente viva mil más-. Con el tiempo compartiremos nuestros
adelantos con su atrasado planeta, claro, cuando estén completamente
romanizados, tal vez dentro de doscientos años.
-Pero ahora ustedes, pueden pensar en Poncio Pilatos, un hombre justo y
cómo cambió la historia de los universos, sólo por un acto de justicia-.
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