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domingo, 8 de noviembre de 2015

El espejo y la espada.




El espejo y la espada.

“En el santuario hay una espada”

Jorge Luis Borges

“El viejo bardo
Sueña con un espejo
Que no refleje”

Magnus Bolfort

Hoy he meditado bajo la sombra del  ginkgo sagrado.

El calor de la tarde  y el murmullo del río me han adormecido.

He visto en el agua del tiempo al viejo poeta ciego escribir un haiku,  nombrando un espejo y una espada que aún no existen.

 La luna, un tigre, el agua, la espada, un espejo, una flor, son sólo formas del tiempo, algunas puedo crearlas otras no.

Soy el maestro hacedor de espadas, del shogun.

 Debo completar mi destino, forjaré una espada y moldearé un espejo de metal, que luego enviaré al santuario de Ise.

Así cuando el poeta nombre estos objetos, ellos existirán, porque yo los hice.

Dentro de mil años, una espada y un espejo  reflejarán a un poeta que no puede ver su imagen.

Dentro de mil años alguien me imaginará y escribirá este relato para llenar sus noches y completar de otra manera el universo.

Lo que no sospecha el autor, es que de cierta forma yo lo he creado al nombrarlo y lo justifico. Tal vez, ambos, somos el producto de una noche de insomnio de un poeta, que sueña con espejos que se multiplican infinitamente.