Esperanza
“La esperanza es el peor de los males,
pues prolonga el tormento del hombre”
Friedrich Nietzsche
Hace tres años que no veo otro ser humano.
Ya casi no quedan alimentos de ningún tipo en este sector.
Cada vez está más oscuro, hace más frío, y no crece ninguna planta.
He perdido las esperanzas de encontrar un acceso a los
refugios secretos donde se han encerrado los jerarcas.
Necesito comer algo desesperadamente. Para recuperar
fuerzas, para seguir buscando.
Camino por la avenida antiguamente llena de arboles
altos y de hojas inmensas. Ahora son sólo
esqueletos grisáceos, muertos.
Los altos edificios, castigados por el viento resisten, inútilmente.
El viento sopla desde el río y por un segundo escucho que
alguien canta.
Debo estar alucinando, pero no, allí está otra vez.
Una voz, dulce, aguda. Una niña, canta una vieja canción. El
viento se lleva lejos la dulce voz y la aleja de mí, miro en todas las
direcciones y finalmente la veo.
Una niña pequeña, allí en un edificio, en un balcón, parece
llevar algo en brazos, un niño o una muñeca, lo acurruca y consuela mientras
canta con alegría inocente y desafiante. Aquí estoy yo, parece decir la niña
mientras mira al horizonte con ojos límpidos y soñadores, no importa que el
mundo se haya terminado, aún estoy viva y canto.
Mis ojos se llenan de lágrimas.
Esta noche podré comer algo, tal vez haya otros cuidando a la
niña, quien sabe, tal vez tenga comida para semanas o meses si la raciono.
Nunca hay que perder las esperanzas.